El Viaje
Son las 8 de la mañana, nos levantamos de cama para emprender el viaje a la Coruña, después de desayunar y despedirnos de Auxita y Famiano y tambien de Walia y Divac, tomamos el camino con Auxi al volante por la nacional 525 camino de Santiago. En el alto de Santo Domingo o más bien de rebasar el pueblo de Castro Dozón, cogemos la autopista hacia Santiago y luego a la Coruña en un tiempo de 2 horas y una velocidad punta de 100Km. ala hora. La autopista resulta práctica y quizas un poco cara, pero hace que el viaje sea rápido en detrimento del disfrute que en nuestros ojos produce el simpar paisaje de Galicia que rodando a una velocidad inferior de 120Km. hora, permitida en dicha vía sería un espectáculo para nuestros ojos y una seguridad para nuestra integridad física.
Se encuentra dicha autopista falta de áreas de servicio las cuales debiera haber cada 30km, como así ocurre en la mayoría de las autopistas de centro Europa.
Ya en la Coruña nos pasamos un poco de la situación del hotel, llegando hasta el obelisco donde nos informamos, y dando vuelta a la altuura de la entrada de María Pita desandamos lo mal andado para llegar al hotel Trip, en cuatro caminos al lado del centro comercial y Corte Inglés. Ya en el hotel, nos acomodamos en la habitación 122 y aparcamos el auto en el aparcamiento que se encuentra en los bajos del hotel.
Luego deste inicio visitamos el centro comercial y el corte inglés donde se hizo una pequeña compra para comer en la terraza del centro comercial Gasthoff; luego de descansar una hora en la habitación, salimos a pasear por la ciudad, visitando la Plaza de María Pita, la Calle Real, Playa de Orzán y Riazor así como el viaje en el pequeño tranvía que en su recorrido nos llevo por la Torre de Hercules hacia el castillo de San Antón y el puerto, refrescandonos con unas cañas en el restaurante coruña; y desde allí poco a poco paseando por la calle Juan Flores y otras, llegamos al hotel, siendo un largo recorrido pero que valio la pena para volver hacerse una idea de la ciudad de la Coruña dado que hacía años que no la visitabamos.
Después de pasar una noche muy agradable en el hotel con buenas dependencias como corresponde a un hotes de 4 estrellas, nos acercamos al sp para desayunar, en dicho comedor había de todo lo que puede haber para desayunar, buen servicio, y mucha gente que por no conocerse casi no se saludan, al contrario de lo que ocurre con las gentes de la Coruña, que haciendole eco ( A lo que en la Coruña nadie es forastero). Los viandantes de la ciudad siempre están dispuestos aún sin solicitarlo para ayudarte e´` informarte como así ha ocurrido en el primer día de nuestra estancia.
En estos momentos que escribo me encuentro en la Playa de Riazor sentado en un banco mientras Auxi toma el sol en la playa.
La mañana está agradable y las olas de la Playa de Riazor y Orzán chocan mansamente contra las rocas mientras los bañistas van llegando a la playa para disfrutar del buen tiempo y sobre la arena dar rienda suelta a los pensamientos que cada cual tiene en sus mentes, mientras el aire del mar y los benéficos rayos solares se depositan en sus cuerpos para mitigar los males que con el paso de los años, los mayores vamos acumulando por la oxidación de las células que nos compone; mientras los más jovenes exentos de los achaques de los mayores juegan y saltan, los mayores faltos de energía descansan.
Ya el sol toma más fuerza sobre la playa de Riazor y yo escribo comodamente sobre una mesa mientras tomo un café, sonando el teléfono y es Flor de Luz que me pregunta como estamos.
Me olvidaba de la niebla, pero ya está aquí, sobre el cielo de Riazor, hace unos minutos que hizo acto de presencia y desde mi banco en que sigo esperando que Auxi se sature de los beneficios que la playa le produce, veo la niebla que por la parte de la Torre de Hercules cubre con su manto los edificios ocultandolos a mi vista, va y viene como un acordeón sin lograr cubrir la playa para que los bañistas disfruten del cálido sol. Ya casi son las 2 de la tarde y un barquito de pesca surca el mar muy cerca de la playa para dar más belleza al horizonte mientras la niebla sigue haciendo el acordeón o como se dice en el ciclismo ”la goma”. No obstante creo que el sol se impondrá a la niebla y gozaremos de una tarde soleada para recreo de los bañistas.
ANGODA